Comentario
Gaudi, procedente de una familia humilde como tantos genios, tuvo que mantener sus estudios de arquitectura trabajando para otros arquitectos (1873-1878). Esta circunstancia le permitió adquirir experiencia y buenas relaciones: como delineante, trabajó con Josep Fontsere i Mestres (1829-1897), director de las obras del Parque de la Ciudadela hasta la Exposición de 1888 (probablemente en el Monumento a Aribau, cascada, balaustrada, verja, etc.) y en un perdido Depósito de agua; con Francesc de P. del Villar, en el Ábside y Camarín de la Virgen del Monasterio de Montserrat; incluso, terminada la carrera, colaborará como excelente dibujante en el Proyecto de fachada para la Catedral de Barcelona (1882) -publicado en "La Renaixensa"- de su admirado arquitecto Joan Martorell Montells (1833-1906), quien le propondrá en 1883 para continuar la obra de su vida que será ya El Templo de la Sagrada Familia.
Como estudiante, Gaudí tuvo necesidad de realizar trabajos de curso, algunos de los cuales se han conservado en el Archivo de la Escuela y permiten ver el punto de partida en su trayectoria. Estos, en su mayoría para la asignatura equivalente a "Proyectos", suelen estar condicionados por los vientos que soplaban en la época, por un eclecticismo o mezcla de estilemas pretéritos que originan en su reunión un nuevo estilo y por una base académica efectista o sustrato medievalista para agradar al profesorado, aprobando así con menos dificultad. Aunque son de fino y cuidado diseño, no dejan vislumbrar todavía al Gaudí más original, si bien es verdad que se atisban ya algunos elementos que luego desarrollará: Puerta de Cementerio (Curso 1874-75; según foto publicada por Rafols en 1929, pues el original se ha perdido), que -después de no haber aprobado en junio con una anterior versión que ponía énfasis en la ambientación mediante un cortejo fúnebre desagradable para el tribunal- se concibe como un robusto arco de sólida bóveda de cañón y áspera sillería, haciendo un repaso por la Historia de la Arquitectura (de los aires de grandeza imperecederos propios de la antigua Tarraco, pasando por los románicos tan queridos por Rogent, hasta el ensueño de los visionarios y el efecto de los Prix de Roma), al tiempo que la ornamenta según el Apocalipsis de San Juan, idea simbólica a desarrollar luego en la fachada del Nacimiento del Templo de la Sagrada Familia (calificado con sobresaliente en la convocatoria de septiembre); Proyecto de Patio para la Diputación Provincial de Barcelona (Curso 1875-76; alzado según foto publicada por Rafols en 1929 -pues el original se ha perdido- y planta hallada en el Archivo de la Escuela en 1969), o propuesta imaginaria en la que prevé una estructura mixta de piedra-hierro con claraboya muy de Viollet-le-Duc y una linterna de remate parabólico, es decir, la forma gaudiana futura por excelencia (calificado con sobresaliente en la convocatoria extraordinaria de octubre); Proyecto de embarcadero (1876; con alzado escala 1: 100, realizado inmediatamente para optar a Premio Extraordinario, que no consiguió), donde contrapone a un pabellón apaisado dos torres flanqueantes con miradores circulares ya de aspecto exótico u oriental, elemento que pronto materializará transformado en El Capricho de Comillas; Proyecto de fuente monumental para la Plaza de Cataluña (Curso 1876-77; dibujo a lápiz coloreado al gouache, escala 1:250), de concepción grandiosa y profusa ornamentación, planta circular y torre metálica de 52 m, con cupulines de perfil parabólico, efectos ópticos y acústicos previsibles en el caer del agua y que tiene relación con su trabajo para Fontsere en la Cascada del Parque de la Ciudadela (calificado con notable en junio); Proyecto de Paraninfo Universitario (1877; para el examen de Reválida, secciones a lápiz acuareladas y planta, escala 1:100), donde finalmente Gaudí sedujo al tribunal con una composición que repasa la arquitectura francesa más efectista y enfática, se remonta al barroco decorativo y llega a la antigua Roma al proponer la gran esfera perforada cenitalmente que nos recuerda el Panteón, haciendo además concesión a las técnicas o materiales mixtos de Viollet-le-Duc y todo en una arriesgada cita con variaciones del Paraninfo en la misma Universidad de Rogent (por lo que consiguió un mínimo aprobado y parece ser que la duda de Rogent, como presidente del tribunal, sobre si habían aprobado a un genio o a un loco).